La pandemia del COVID-19 ha marcado un acontecimiento sin precedentes, en el que la tecnología se ha convertido en el mejor aliado de la población para vigilar su salud y garantizar adecuados niveles de bienestar.
Las regulaciones de distanciamiento social han impulsado el uso de las aplicaciones móviles de salud (mHealth, por su abreviación en inglés), puesto que hoy muchas personas prefieren las alternativas virtuales para hacer ejercicio en casa, asistir a revisiones médicas e incluso manejar los niveles de estrés que ha generado este momento que atraviesa la humanidad.
Según el último informe de mHealth Economics, publicado por Research2Guidance, en el 2017 había alrededor de 325.000 apps en las plataformas Google Play e iTunes. El 65% de ellas se centraba en el bienestar (ejercicio, estilo de vida saludable, control del estrés, dieta y nutrición), el 9% estaba dedicado a enfermedades específicas, mientras que las aplicaciones relacionadas con el embarazo representaban el 7% y el otro 6% estaba constituido por apps de recordatorios para la toma de medicación.
Dos años más tarde, en 2019, el mercado mundial de mHealth estaba valorado en $46.000 millones, según un informe publicado por Allied Market Research. Además, este estudio pronosticó que el valor de la industria de la salud móvil alcanzará los $230.000 millones de en el 2027.
Entonces, ¿cuál podría ser la clave para sacarle el máximo provecho a este mercado en crecimiento? Gerardo Chaverri, director de la Unidad Móvil de Avantica, cree firmemente en la personalización de la experiencia como factor diferenciador para destacar entre la amplia oferta existente en las tiendas de aplicaciones.
El especialista destaca que los dispositivos portátiles, como los relojes inteligentes, aumentaron el interés de la gente por el bienestar y el ejercicio. Estos dispositivos electrónicos permiten una amplia gama de posibilidades, desde la monitorización del sueño, el control de las medidas de fitness y el seguimiento de los indicadores de salud.
"La gente está más preocupada por su salud en tiempos de crisis y está empezando a comprar dispositivos para almacenar información en la Nube, llevar sus propios registros de salud y monitorear sus tendencias. Por ejemplo, estos datos permiten a los pacientes hacer un mejor seguimiento de su salud y mejorar el diagnóstico médico mediante citas de telesalud", explica Chaverri.
Experiencias inmersivas
Aunque antes de la pandemia ya había una amplia variedad de aplicaciones, el COVID-19 impulsó el mercado de la mHealth y hoy en día, las aplicaciones que se habían centrado en la experiencia del usuario desde el principio son las que están aprovechando este momentum en mayor medida.
"El uso de las aplicaciones no era una prioridad antes, pero ahora las empresas físicas se han dado cuenta de lo necesario que es. Por ejemplo, los gimnasios sólo utilizaban sus canales digitales para la comercialización", dice Chaverri.
Las empresas físicas comenzaron a notar la importancia de migrar a modelos digitales —o incluso mixtos— debido a las regulaciones de distanciamiento social, como una medida para superar estos tiempos cruciales. Sin embargo, ya no basta con ofrecer servicios tradicionales, como podrían ser los vídeos con rutinas de entrenamiento.
"A partir de hoy, el reto es cómo ofrecer servicios personalizados e interactivos, o entornos inmersivos con sonidos y experiencias de visualización, mediante la incorporación de sensores y tecnologías de realidad aumentada", destaca el especialista en desarrollos móviles de Avantica.
Puntos Clave
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